domingo, 9 de septiembre de 2012

Jugando pulseadas



Tratamos de enhebrar el tiempo
en una aguja desgastada
perdiendo hilachas
que se esfuman
faltas de esmeros
predestinados y escasos.

Medimos la soledad
con centímetros gurúes
de otros tiempos
y  templos
que siempre carecieron
de abrazos y besos.

Jugamos pulseadas
mezquinas  e impunes
con al muerte agazapada
que nos despierta y espanta.

Y la la vuelta de la esquina
la vida exiliada
clamando de amores
de versos proclamas
sonríe callada.

Cómplice del tiempo
de la muerte
de las faltas
enjaulada de silencios
de esperas sin frazadas
de lamentos inoportunos
de clemencias a rajatabla.

Nos tropezamos con ella
con la mano extendida
pidiendo una mirada.

Le negamos la vista
esquivos de madrugadas.

Y seguimos el rumbo
con centímetros
agujas
relojes de muerte
jugando pulseadas…



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